29/11/10

Otra persona, un nuevo récord

En la primera entrevista subida al blog nos interesamos por un extraño caso. Un joven había soportado siete años atentiendo un teléfono dentro de un call center. Como contrapartida de aquella entrevista, fuimos en busca del otro extremo: la persona que menos aguantó en un centro de llamadas. Por suerte la encontramos. Su nombre es Jorgelina, es de Córdoba, tiene 20 años, es estudiante de bellas artes y ostenta un récord de 3 días en el maldito y tedioso mundo de los operadores.

¿Por qué decidiste entra a un call center?
- Estaba estudiando el profesorado de Bellas Artes y como eran pocas horas semanales me daba tiempo para poder estudiar a la noche y por eso pensé que iba a ser un buen laburo. Yo trabajaba 6 horas, de lunes a viernes.

¿Con qué te encontraste al empezar a trabajar?
- Me encontré con que era un trabajo muy automatizado. No había prácticamente momentos de descanso y la mayoría estaba con mala cara constantemente. El clima era bastante de mierda y eso obviamente no ayudaba a llevar adelante el laburo. El hecho que hubiera mucha gente trabajando hacía que no nos conociéramos entre si y además los supervisores intentaban todo el tiempo que no se formaran grupos de distensión.

¿Cuáles fueron las causas por las que decidiste desaparecer de un día para otro?
- Me fui porque el trabajo era intolerable. El trato con los supervisores era malisimo y a pesar de no estar en ventas, el sueldo estaba condicionado por los llamados que atendías, cuando en realidad no me habían dicho eso en la entrevista. Pensé que iba a poder aguantarlo, pero sinceramente era muy agotador y bueno, por eso duré tan poco.

¿Viviste alguna situación traumática?
- Si, tuve una situación que no estuvo para nada bueno. Un día me sentía muy mal y no me dejaban ir al baño. Tenía malestar estomacal y ganas de vomitar. A pesar que le preguntaba al supervisor si me podía levantar cinco minutos para ir al baño, me bicicleteaba para no dejarme levantarme. Y de repente vomité ahí. Fue una situación muy vergonzosa y humillante, sobre todo porque él se dio cuenta que yo estaba realmente mal. Encima el supervisor nunca me vino a pedir disculpas y cuando se me acercó fue para decirme que si me sentía mal no tendría que haber ido ese día y que de esa forma se hubiera ahorrado todo el quilombo.

En relación a esto, ¿cómo era la relación con los jefes y supervisores?
- La verdad que la relación no era muy buena. Con uno sobre todo me lleve muy mal, de hecho llegué a odiarlo. Después había una mina con la que mas o menos había buena onda, pero después me enteré que era bastante forra. Una vez a un compañero le estaba sonando el celular por un problema familiar y no lo dejó atender. Me acuerdo que era grave y al final se armó bastante quilombo. Después con el jefe principal no tuve prácticamente contacto, porque encima la entrevista no me la hizo él, sino el "team leader"

¿Cómo pensaste que iba a ser el trabajo?
- Sabia que iba a ser quemante, pero no que iba a haber tanta mala onda en general. En realidad para bancarme el estudió me parece que estaba bueno y por eso traté de soportarlo. Pero mi tolerancia tuvo un limite: tres días.

¿Qué pensas respecto que los operadores pertenezcan al sindicato de comercio?
La verdad que no estoy de acuerdo porque el trabajo que hacen no esta relacionado directamente con el comercio, aunque existan sectores destinados a la venta. Además las grandes empresas se aprovechan para pagar menos, porque los convenios del sindicato de comercio no son de los mejores. Entonces intentan de cualquier forma tratar de encasillar en ese rubro, cuando en realidad es más coherente que los operadores tengan un sindicato propio, o al menos, pertenezcan al de telefónicos que se asemeja más con su trabajo.

¿ Volverías a trabajar en un call center?
Definitivamente no volvería nunca más. Si bien sé que existen algunos que son más tranquilos en cuanto a la vorágine de trabajo, lo cierto es que yo tuve una muy mala experiencia e intentaría buscar cualquier otra alternativa antes de volver a un call center.







22/11/10

Informe sobre los call centers

Hace ya algunos años Canal 7 realizó un informe periodístico sobre el trabajo en los call centers. Allí reflejaban lo insalubre que puede significar el trabajo del operador y apoyado esto por declaraciones de protagonistas que lo padecieron. A continuación dejo el vídeo para que los que no conocen todavía el mundo de los centros de llamadas, empiecen a familiarizarse un poco con una de las nuevas formas de trabajo más estresantes de la actualidad.

21/11/10

De no creer

Las diferentes situaciones que abordan todos los días los operadores pueden fácilmente recopilarse en un libro. Consultas insólitas se atienden constantemente en los centros de atención telefónica. Por eso desde cero-chocientos compartiremos algunas de ellas.

* El enano:

Una mujer se comunica con un famoso banco de la República Argentina. La joven encargada de atender el teléfono le pregunta cuál es su consulta. La clienta quería realizar un deposito y era fin de semana, entonces le consulta a la operadora si a pesar del día podía realizarlo en cualquier cajero. La joven le respondió que si, que mientras el cajero tuviese sobre para entregarlo, podría hacerlo sin inconvenientes. La mujer se quedó por un momento callada. Luego de un instante pregunto: ¿el cajero?. Si, el cajero respondió la operadora entre burlona e intrigada. Otro instante de silencio se adueño de la conversación. Sin embargo cuando menos lo esperaba, la mujer continuo con su consulta. ¿Es el cajero el que entrega el sobre? ¿Eso es por que el enano no trabaja los fines de semana, verdad?.

* La clave:

Es cierto que cuando hay algo nuevo por lo general suele asustar a las personas. La inclusión de una segunda clave para operar en los cajeros automáticos, sacó de la rutina a más de uno. El tema es que para hacer retiros o cualquier movimiento de dinero es necesario agregar una clave de letras. Si, además de la de cuatro números deben colocar una clave alfabética. Pero como bien dije, ALFABÉTICA y no ANALFABETICA.

* Buzón de voz

Una operadora atiene el teléfono. Del otro lado una voz le consulta como debe hacer para ingresar al buzón de voz de su teléfono celular. La telefonista le informa que debe ingresar 1234 y la tecla numeral. El hombre del otro lado, desconoce cual es esa tecla y prefiere consultarle a la operadora cual debe apretar. Ella le informa que la tecla numeral esta debajo del número 9. De repente un ruido se escucha por el teléfono, mientras una mujer grita: lo rompiste! El hombre había sacado la tecla número 9 del celular, y todo por culpa de la operadora, que le había dicho que el numeral lo encontraría debajo de esa tecla.

18/11/10

Premios "Una de call"



Hoy, teniendo en cuenta las similitudes con el caso anterior, Claudio Borghi es el nuevo merecedor del premio "Una de call". El ahora ex entrenador Xeneize siguió los pasos de su par Ángel Cappa y tras haber asumido como director técnico de Boca en el mes de mayo, abandonó su cargo luego de seis meses de malos resultados.


15/11/10

Despejar la cabeza

La vida de los operadores telefónicos no se limita solamente a atender el teléfono. Es claro que además de sus obligaciones, los telefonistas en su mayoria son jovenes y a todos les gusta salir a divertirse. El despeje y la distracción son vitales en la vida de cualquier trabajador, pero más si el trabajo en cuestion de trata de lidiar con la gente durante ocho horas seguidas. Por eso, es recomendable que los jovenes se dispersen y aprovechen los francos, no para hacer horas extras, sino para despejar la cabeza acudiendo a actividades que los hagan sentir bien.

Así como algunos disfrutan de ir a bailar, mi mejor manera de despejar la cabeza, aunque suene contradictorio, es yendo a ver a Divididos. Un poco de buen rock and roll me reconforta para afrontar mi semana pegada al teléfono. Como bien figura en el blog http://www.40dibujosahienelpiso.blogspot.com/, la aplanadora del rock esta en plena presentación de su último disco "Amapola del 66", sin embargo el power trio hace años que no abandona los escenarios argentinos. Hace dos años, cuando todos pedían a gritos la aparición del nuevo material, viví uno de mis mejores cumpleaños.


12/11/10

Premios "Una de call"

Esta semana el ganador de los premios "Una de call" esta relacionado nuevamente al mundo deporte. Porque duro en su puesto de trabajo, mas o menos el mismo tiempo que aguanta un operador telefonico: 6 meses! Por este gran logro y similitud con la vida de un telefonista, el merecido ganador es el señor Ángel Cappa.

4/11/10

Premios "Una de call"

Esta semana el premio "Una de call" no estará dedicado a ningún personaje bizarro de la televisión argentina. Esta vez el ganador es Rodolfo Rossi, el maratonista argentino que corrió durante veinticuatro horas arriba de una cinta ubicada en Plaza de Mayo. Si bien es cierto que evidentemente el muchacho no tenia mucho que hacer y que además la prueba no la pudo completar como él hubiese querido, es merecedor del premio por su constancia, dedicación y porque lo que hizo es tan quema bocha como atender el teléfono durante ocho horas seguidas.



30/10/10

El adiós y la indiferencia

No lo podía creer. Por un instante pensé que era un chiste de mal gusto, sin embargo de repente todos los canales se hicieron eco de la noticia: Nestor Kirchner había fallecido. Mi mamá peronista de Perón, por herencia materna, quedó impactada. Sospecho que ella también pensó que se trataba de una joda, pero no. El censo dejaría de ser el tema del día para darle lugar al pinguino.

Eran las diez de la mañana aproximadamente, mi vieja todavía en estado de shock llamó a su compañera para ver si ya estaba al tanto. Marta, amiga de mi mamá, no lo podía creer tampoco. Estaba escuchando la radio pero para ese momento no habían informado nada al respecto. Yo estuve a punto de atragantarme con la bay biscuit que estaba comiendo, pero con un buen sorbo de mate cocido lo solucione.

Viaje a Retiro prácticamente sola. Se notaba en la poca gente que había en la calle un clima de conmoción e incluso en muchos tristeza. Llegue al trabajo (si, en los call center se trabaja) y de repente me sentí en otro mundo. Casi ingenuamente pregunté si se habían enterado lo de Kirchner, y si bien todos respondieron que si, parecía lo contrario.

Entre el laburo y otras ocupaciones no encontré tiempo para ir a la plaza. Ganas no me faltaron. No se trataba de ser o no kirchnerista, sino de querer estar presente en un momento que sin dudas marcaría un hito en la historia argentina. Por suerte tuve mi revancha. Eso fue el viernes, en el tercer día de duelo decretado por la presidenta.

Sali de cursar cerca de la una del mediodía y prácticamente en una pata encaré rápidamente para el subte B. Llovía mucho y había visto en la tele que el cortejo fúnebre recién estaba saliendo de la Casa Rosada. La cantidad de gente que se había acercado a la plaza había demorado el traslado del féretro al aeroparque.

Aproveché el retraso. Me baje en la estación Carlos Pellegrini y camine derecho hasta Córdoba. Llegue justo. La avenida rebalsaba de gente, algunas personas lloraban desconsoladas mientras la potencia de los más jóvenes se hacía notar con cánticos de apoyo a Cristina. El hit sin dudas de la tarde estuvo dedicado al vicepresidente que paradójicamente esta en contra del gobierno que él mismo integra.

Como diría Eduardo Galeano hubo fueguitos de todos los colores. Militantes (como si esto tuviera algo de malo), pero muchisima gente suelta. Gente que no llora por un chori y un vaso de vino, como suelen decir los informativos de los monopolios mediáticos. Algunos hombres de traje y con rosas en la mano gritando como si estuvieran en la cancha y mujeres con niños desconsoladas por la pérdida.

Marché algunas cuadras pero pronto recordé que debía volver a la burbuja. Entré al trabajo y nuevamente me sentí zapo de otro pozo. Algunos comían en la cocina impertérritos como si afuera no estuviera pasando nada, mientras el cortejo fúnebre pasaba por la puerta de la oficina. El país estaba parado, pero en el call center, emblema del neoliberalismo, nadie parecía darse cuenta.

Mi mamá siempre me cuenta que participó del entierro del General Perón donde miles de argentinos salieron a la calle para acompañar sus restos, yo en algunos años podré decir que un 29 de octubre de 2010 también participe del último adiós al ex presidente Néstor Kirchner.


28/10/10

Premios "Una de call"

Debido al fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner, este blog se adhiere al duelo nacional y reprograma la entrega del premio "Una de call" para la próxima semana.



25/10/10

El tele-supervisor

En los call center, como en todos los trabajos, existen jerarquías en los puestos. En los centros de atención, ademas de las gerencias, esta el jefe del sector y los supervisores, también conocidos como team-leader. Según diferentes definiciones, un jefe de equipo es una persona que ofrece orientación, instrucción, dirección y liderazgo a un grupo de personas con el fin de obtener buenos resultados. En cambio, si le preguntamos a cualquier trabajador telefónico nos dirá que un supervisor es aquella persona que está constantemente encima, atenta a cualquier distracción o error del empleado, que signifique un bajo desempeño laboral.

Si comparamos esta última definición con la novela 1984 de George Orwell, podría afirmarse que los supervisores son como las telepantallas. Todo lo ven, todo lo saben. Sin dudas, este elemento de control no sólo es una herramienta para evitar las distracciones, sino que también están, en muchos casos, para no permitir las relaciones entre los operadores. Saben que el hecho de generar lazos e intercambiar opiniones, puede derivar en algún tipo de reclamo.

Así como están los "tele-supervisores", podríamos afirmar que en este paralelismo, el Partido dominado por el Gran Hermano vendría a ser el grupo económico dueño de la empresa que factura a costa de los llamados telefónicos. De la misma manera, los empleados pasarían a ser los miembros del partido, segados y adoctrinados por el pensamiento único. Y por último el vocabulario se transformaría en una especie de "neolengua" compuesta por pocas palabras, relacionadas todas a términos específicos del trabajo.

Además, cabe remarcar, que el grado de supervisión fue incrementando producto de las malas condiciones de trabajo. Es claro que estar observado todo el tiempo, tiene relación directa con la sociedad capitalista en la que vivimos, donde constantemente estamos expuestos a la mirada del otro (cámaras de seguridad en las calles, en las casas, en comercios y clubes, entre otros). Un mecanismo que funciona a la perfección. Paranoia y miedo se transforman en una herramienta infalible para seguir creando "proles", incapaces de generar cuestionamientos a la sociedad en la que viven y los gobiernos de turno.

El visionario

Cuando George Orwell escribió "1984" (editada en 1949), no lo hizo pensando en lo que sucedería en las sociedades del mundo en un futuro, sino más bien como una crítica a la Rusia Stalinista. Sin embargo, mucho de lo que plantea el autor en la novela podría trasladarse a la actualidad, e incluso, lo que muestra también esta directamente relacionado con los call center.

Los centros de atención telefónica son producto de la globalización. Un proceso económico, político y social que intenta la unificación en una falsa apariencia, donde todos somos iguales. Justamente, esto mismo hacen los call center. La anulación de diferencias es una constante en estos lugares de trabajo, donde todos los empleados deben responder con un speach predeterminado, sin permitirles acudir a la espontaneidad del momento.

Lo mismo sucede en Oceanía, lugar donde transcurre la novela de Orwell. Allí todos deben pensar lo que impone el Partido. El régimen totalitario, donde predomina el pensamiento único, no permite los cuestionamientos. El derecho a pensar y expresarse libremente es una utopía, tal como sucede en los centros de atención.

Sin dudas, el objetivo del Partido es perdurar en el tiempo, sostenerse y no debilitarse. Por tal motivo acuden al totalitarismo, manipulando la realidad, la historia y no permitiendo que los ciudadanos generen pensamientos propios, capaces de provocar desestabilización.

En cambio, en los call center el objetivo es otro. Al generar un discurso único, que el operador debe leer de una computadora sin salirse del libreto, se intenta lograr mayor productividad. Básicamente, todo en los centros de atención se rige por esta lógica: no perder tiempo, para obtener mayores ganancias. Cuanto menos pienses y menos palabras digas, atenderás mayor cantidad de llamados y la empresa llegará a su principal objetivo: facturar.

22/10/10

Trabajadoras de la vincha

La revista Crisiss se editó solamente entre los años 1973 y 1976. El director ejecutivo era Federico Vogelius, mientras que la dirección editorial estaba a cargo del periodista uruguayo Eduardo Galeano. Entre sus colaboradores se destacaban figuras como Juan Gelman, Mario Benedetti y Ernesto Sábato, entre otros. Sus páginas reflejaban el momento político y cultural que atravesaban la mayoría de los países latinoamericanos. Debido a su constante denuncia, fue clausurada meses después del golpe militar de 1976.
Este mes, luego de 34 años, Crisis volvió a los kioskos de diarios. Justamente, en esta primera edición aparece una nota escrita por Paula Abal Medina, investigadora del Conicet, quien busca signos de politización de los call center, asi como también muestra una postura critica hacia esta nueva forma de trabajo producto de la globalización.

Para leer la nota ingresa aqui.

21/10/10

Premios: "Una de call"

Si hablamos de divas no podemos dejar de nombrarla a ella. Susana Gimenez es la ganadora del premio "Una de call" de la semana. La ex del Corcho Rodriguez cumplió 3000 programas y lo festejo a lo grande. Por su perseverancia y su constancia para llevar a cabo un proyecto durante tantos años, la mujer de las flores amarillas, es merecedora del galardón que continua entregando la "Academia de Operadores podridsdetrabajrencllcenteryatendralsviejitsromphuevos"


17/10/10

Un clásico domingo

Los llamados eran pocos. Era domingo y muy temprano me encontraba trabajando. Como suele suceder el fin de semana, eramos pocos en el sector. Sin embargo en esa escasez de operadores, convivían un hincha de Racing y una de Independiente. Dato no menor, si se tiene en cuenta que ese despejado domingo de octubre se jugaría el clásico de Avellaneda. La mañana transcurrió tranquila hasta que llegó el momento del partido.
El encuentro comenzaría a las dos de la tarde. Ganar era crucial para ambos equipos, sobre todo para el Rojo que estrenaba técnico. Había que llevarse los tres puntos si o si. Los 21 partidos que hasta ese momento Independiente le llevaba de ventaja a su clásico rival, daban un poco de aire y generaban ciertas esperanzas en la parcialidad roja. Sin embargo, tras una racha ganadora de tres partidos, los hinchas de la Academia, estaban convencidos que ese seria su clásico.
Lógicamente los operadores no pueden escuchar música en horario laboral, por eso cada uno tenia sintonizada la radio desde el celular, mientras compañeros de otro sector lo ponían con el volumen bajo. El almuerzo ya había pasado y el silencio se apoderaba del edificio. Sólo se escuchaba la voz del relator, quien anunciaba constantemente la peligrosidad de los ataques de Racing, mientras Independiente sólo atinaba a refugiarse en las espectaculares atajadas de un arquero inspirado: Hilario Navarro.
Todo el primer tiempo fue de la Academia, sin embargo sobre el final del primer tiempo quedo claro que las paternidades existen. El relator estalló en un eterno grito de gol y mantuvo la intriga durante varios minutos. Mientras el operador de Racing hacia esperar en linea a un usuario, la hincha de Independiente escuchaba atentamente la radio convencida que nada malo podía haber pasado. Cuando finalmente el relator decidió develar el misterio, todo quedo en claro: el cabezazo del juvenil paraguayo Cristian Baez, sorprendió a De Olivera para ubicarse junto al palo izquierdo del arquero racinguista. De esa manera, sin merecerlo Independiente se fue al descanso con la mínima de ventaja y yo me retiraba del trabajo porque el reloj ya había marcado las tres de la tarde.
Ya había abandonado mis labores, pero en el colectivo iba atenta al resultado del partido. Tras una mañana de nervios, finalmente estaba en condiciones de enviar el mensaje que aguardaba en mi bandeja de salida. "Otra vez será", le envié a mi compañero, quien mientras lidiaba con los clientes, me hacia notar que la figura del partido había sido un ex Racing. Esa vez no respondí, no podía rebajarme a semejante muestra de resentimiento y bronca. Ya era inútil seguir discutiendo, el resultado dejaba todo bien clarito: una vez más el clásico de Avellaneda se pintaba de rojo.

14/10/10

Premios "Una de call"

Porque muchas veces el teléfono, principal instrumento de trabajo de un operador, tiene utilidades impensadas, hoy el premio "Una de call" de la semana es para Ariel Ticona, el minero número 32, quien no asomo solo a la superficie. Lo hizo acompañado del aparato que les permitio a él y sus compañeros mantenerse en contacto con el mundo exterior durante los 69 dias que pasaron a 622 metros bajo tierra.

10/10/10

La venganza será terrible

Ya vimos diferentes situaciones a las que se someten los operadores. Ahora veremos otras donde los usuarios se vengan de aquellos que los hacen esperar en linea, les cuelgan o le responden como si se trataran de maquinas y no personas.



7/10/10

Premios "Una de Call"

Amalia Granata se paseo por todos los programas luego de su pelea con el chocolatero Fort en el programa de Tinelli, pero su insoportable presencia mediática no le permitió zafar del teléfono.
Un operador debe estar convencido de sus palabras y debe mostrar seguridad en el momento de la conversación con el cliente. Por eso, el premio "Una de call" de la semana es para el touch and go de Robbie Williams, que a fuerza de convencimiento y firmeza logró dejar sin palabras (tarea nada sencilla) al millonario televisivo.

5/10/10

Jugate conmigo

Los llamados en los centros de atención son constantes. Tener cinco minutos sin recibir una llamada es prácticamente un milagro. Sin embargo, en esos instantes de reláx los jóvenes operadores intentan pasarlo lo mejor posible. Si se trata de un domingo a la mañana, lo mejor es inclinar la silla, cerrar los ojos y dormir hasta que el maldito sonido del teléfono te perfore el tímpano. Si es un sábado a la tarde, donde el caudal de llamados suele bajar, lo mejor es tomar unos mates con los compañeros. Como se observa, los espacios de ocio escasean y por eso hay que ser creativos para que la jornada laboral pase lo más rápido posible.

Existe un buzón de sugerencias que la gente de Recursos Humanos se encarga de enviar por mail para que los empleados pongan en común sus consultas. Entre ellas apareció una que hizo reir a más de uno. Una de las operadoras solicitaba un puching ball para colgar en uno de los costados del box. La idea de la joven era descargar en él todo lo que no puede descargar en los usuarios. Golpear, golpear y seguir golpeando era su consigna.

Según jovenes consultados en el barrio de Villa Crespo, que alguna vez pasaron por el arduo trabajo de atender el teléfono, estuvieron de acuerdo en que lo que más se hace en los pocos momentos de paz que existen en los call center, es tomar mate. Aseguran que no hay nada como unos buenos verdes amargos para pasar el rato. Muchos aseguran que si bien esta bueno hablar con los compañeros, en ese momento son pocos lo que quieren seguir dandole a la lengua. A la hora de los juegos, las cartas son una constante. Algún chinchón o una escoba también sirven de distracción.

Cuando los espacios sin llamados se hacen más largos, se opta por un clásico de la infancia: el tuti fruti. Al grito de "pido" se para el juego cuando alguno de los participantes recibe un llamado. La papa, típico juego luego de algún examen en la secundaria, puede ser también de gran utilidad. Algunos otros, los menos, utilizan las servilletas para armar tres pelotitas con el objetivo de aprender malabares.

Si bien los juegos pueden ser muchos, los minutos de descanso no son tantos. Por eso en ese breve iantante en el que el teléfono da un respiro, lo mejor es optar por un juego que relaje la cabeza de los malditos clientes quema bocha.

4/10/10

¿De qué gremio sos?

Las áreas a cubrir por un operador al entrar a un call center pueden ser dos: el sector de ventas o en el de atención a usuarios. En ambos casos, apenas el nuevo empleado cobra su primer sueldo, puede observar que en el recibo le descuentan una determinada cantidad de dinero que va destinado al sindicato que lo representa: el de comercio. Si, aunque parezca mentira y para sorpresa de muchos, el gremio que agrupa a los operadores es el de comercio y no, como se suponía, el de telefónicos.
Es cierto que el trabajo de un operador no es comparable con el de un vendedor o un comercio. Debería existir un gremio propio para los empleados del call center, porque tampoco el de telefónicos los representa. Es cierto que si se usara una lógica razonable en el momento de determinar el encuadramiento sindical, estarían más cerca del recientemente mencionado que del de comercio.
En el 2006 se firmó un acuerdo colectivo de trabajo donde se tuvo en cuenta el fin de la actividad de los operadores (vender un producto o servicio) y no el medio por el cual la llevan a cabo (llamadas telefónicas). El dinero que obtiene por mes en la actualidad el sindicato de comercio es altisimia y es justamente por ese motivo que se genera la disputa. Sin dudas, no tiene que ver con las ganas de representar a una determinada cantidad de gente, sino con la cantidad de dinero que producen los call center, teniendo en cuenta el aumento de empleados en ese rubro que se genera día a día.
Lo cierto es que todavía quedan cuestiones por reglamentar debido a que se trata de una modalidad de trabajo nueva producto de la globalización. Por el momento, los operadores no sólo deberán esperar para que se los encuadre en el gremio que realmente lo representa, sino también para que la Ley especial Básica del teleoperador, impulsada por Miguel Bonasso en el año 2005, salga del cajón para ser revisada de una vez por todas.

3/10/10

El cliente mala onda

"Hace mas de veinte minutos que estoy esperando para que me atiendan", se escucha al otro lado del teléfono. Una voz quebrada y un murmullo constante de fondo hacían que la conversación fuera insostenible. "La tarjeta me quedó en el cajero, me la chupó esta maquina de mierda" sintetizaba la mujer a punto de un ataque de nervios. Era fácil imaginar su aspecto: totalmente transpirada, despeinada y puteando a todo el que se le acercara en ese momento. Seguramente había estacionado el auto en la puerta del cajero y su intención era seguir camino rápidamente. Sin embargo, no tuvo en cuenta que las maquinas a veces pueden fallar.

"Me podes decir qué hago. Por que me yo necesito el dinero ahora, ya!", continuaba su discurso la señora sin entender que la tarjeta no podría recuperarla durante el fin de semana. "La tarjeta hay que darla de baja por seguridad. Si no la quiere anular, el lunes la reclama en el banco bajo su responsabilidad. Si la cuenta sufre algún movimiento el banco no se hará cargo", le advertía el operador, mientras escuchaba un sin fin de malas palabras que se escapaban de boca del cliente. "No me estas dando una solución. Te rompo todo el cajero", sostenía la señora al otro lado de la línea. Sin dudas, esa mujer jamas podría trabajar en un call center. Su poca paciencia ante situaciones adversas no se lo permitirían.

"A ver nena si me entendes. Yo necesito el dinero ahora, así que me mandas a alguien a que arregle esta mierda" insistía sin darse cuenta que su reclamo no tendría una solución inmediata. Existe un conjunto de palabras que muchos clientes piensan que realmente asustan a quien esta atendiendo el teléfono. Lo que no saben, es que lo que el operador les dice es una orden que recibe. Cuando se dan cuenta que no obtendrán lo que busca, intentan persuadir al telefonista recurriendo al "miedo". "Dame tu nombre completo y pasame con el supervisor". Sin embargo, no existe frase más patética que esa. Es claro: el jefe le dirá exactamente lo mismo que le acababan de decir.

Finalmente, cuando por un instante logran entender lo que uno les dice, se toman un respiro de insultos y amenazas para consultar con algún familiar que es lo que les conviene hacer. Muchos de este tipo de clientes, suele iniciar la llamada sacando "chapa": "Soy fulana de tal, y soy abogada". Sin embargo, deben entender que eso no cambiara nada y las respuestas serán las mismas que recibirá cualquier otro llamado de ese tipo. Como la característica principal de este tipo de personas es la de no dar el brazo a torcer, suelen terminar el llamado de la siguiente manera: "Voy a hablar con el gerente del banco para que me devuelvan la tarjeta ya. Cualquier cosa vuelvo a llamar". Sin emabrgo no pasan cinco minutos, que están nuevamente en linea y lo peor de todo, haciendo lo que vos le habias dicho desde un principio.

30/9/10

Premios "Una de call"

Cuando uno entra en un call center existen dos opciones de puesto de trabajo: atención a usuarios o venta. El que opta por la segunda opción debe saber que su objetivo es únicamente vender. Su trabajo se limita a eso. Cuanto más venda, más cobrará a fin de mes. Por eso, si hablamos de grandes vendedores no podemos dejar de lado al hijo pródigo de Bolivar: Marcelo Hugo Tinelli. Si, el cabezón es el dueño del premio "Una de call" de la semana porque responde a la principal consigna de un verdadero telemarketer: vender cualquier basura a cualquier costo.

27/9/10

El hombre récord

En un nuevo episodio de Historias Verdaderas conocerás a uno de los operadores más conocido en el ambiente del call center. Nacido en Villa Urquiza, desde chico supo que su futuro estaría ligado a un teléfono. Por eso luchó y rápidamente notó los resultados. Con veinte años, y luego de una carrera dedicada al deporte, Calu logró su objetivo al ingresar en un centro de llamadas. Tras siete años en el puesto, ahora va por un nuevo desafío: entrar en el libro Guinness de los records.

"Calu: El hombre récord del call center"

23/9/10

Nueva Sección: Premios "Una de Call"

Todos merecemos ser recompensados. Por eso, a partir de hoy quienes lleven con orgullo los principios del call center y representen a la perfección las características del telemarketer y su lugar de trabajo, serán galardonados con el honorable premio "Una de call", otorgado por la "Academia de Operadores Podridosdetrabajarenuncallcenteryatenderalasviejitasrompehuevos".

Un verdadero operador debe contar con un gran poder de síntesis. Por tal motivo el premio "Una de call" de esta semana es para Ana Maria Casanova, más conocida como Moría Casan. La ex de Vadalá se cruzó con la Mole Moli y le alcanzaron pocas palabras para dejar en claro que tipo de persona es.

22/9/10

La llamada de todos los días

“Buenos días, mi nombre es Mauro”, se escuchó a un lado del teléfono. Del otro una mujer agitada y al borde de un ataque de nervios respondió: “El cajero me retuvo la tarjeta”. Eran las nueve de la mañana de un domingo que aparentaba tranquilo. El calendario marcaba diez de abril y eso a su vez indicaba que el sueldo estaría depositado en el banco.

Como suele acostumbrar, Ester se levantó temprano y puso la pava al fuego hasta que ese chiflido insoportable anunció que era el momento de retirarla. Se cebo dos o tres mates, hasta que la yerba fue desapareciendo, y luego emprendió el camino hacia el Banco Provincia de Buenos Aires.

Llegó a la sucursal más cercana e introdujo la tarjeta, mientras el cajero le daba la bienvenida. Completó la operación sin inconvenientes. Sin embargo, inesperadamente la alarma del cajero comenzó a sonar, enloqueciendolo. Las manos comenzaron a sudarle, mientras se daba cuenta que no podría recuperar su plástico de manera tan sencilla. Un teléfono apareció en la pantalla. Para su tranquilidad, indicaba que ante cualquier inconveniente se comunicara sin aceptar ayuda de terceros.

Tal como figuraba en el cajero, se comunicó. Mauro respondió a su urgencia. “Dígame señora, ¿de qué banco es su tarjeta?”. “Banco Provincia”. “¿Provincia de Buenos Aires?” “No, de La Plata”. “¿El cajero le dio algún ticket que diga tarjeta capturada o retenida?”. “Sisi, me dio un ticket”. “¿Pero dice tarjeta capturada o retenida?”. “No, no, no dice nada. Te explico: Hoy me levante, me vestí, desayune, después puse la llave en la puerta, la gire dos veces y salí. Camine tres cuadras a la derecha y dos a la izquierda para llegar al banco. Abrí la puerta, camine dos pasos y puse la tarjeta, ingrese mi clave, hice la operación y de repente el cajero no me devolvió la tarjeta”. “Señora, en estos casos si el cajero no le dio ticket de captura hay que dar de baja el plástico, porque sino queda en riesgo su cuenta”. “Pero tengo que cobrar nene, cómo hago para retirar mi dinero. Yo te rompo todo el cajero. Que me devuelvan la tarjeta ya”, insistía y amenazaba el cliente mientras un calor cada vez más profundo se apoderaba de su cuerpo.

“La tarjeta hay que darla de baja”, seguía anunciando el operador. Del otro lado no obtenía respuesta. Ya habían pasado siete minutos desde que había comenzado la comunicación. “Señora, ¿qué hacemos? ¿La doy de baja o bajo su responsabilidad la reclama el lunes en el banco?”, consultaba Mauro mientras observaba el teléfono que indicaba 40 llamadas en espera. Para ese entonces Ester continuaba en el cajero, como si el paso del tiempo le brindara alguna solución. La cola fuera de la sucursal era cada vez más larga y la gente estaba cada vez más impaciente. Quince minutos, marcaba el contador del celular de Irene. Finalmente se decidió: “Bloquéame la tarjeta”. Sin embargo esta vez la que no obtuvo respuesta fue ella. La comunicación se había cortado y esta vez la operadora de Personal anunciaba que su saldo era insuficiente para realizar nuevamente la llamada.

19/9/10

Al otro lado de la línea

Priya Sethi es oriunda de la India y trabaja en un call center. Granger Woodruff es un publicista norteamericano que intenta junto a su socio concretar un nuevo proyecto. Ninguno sabe de la existencia del otro, pero sus vidas se unirán a través de un llamado telefónico. Priya nunca conoció Estados Unidos, sin embargo cada noche cuando se sienta frente a la computadora y se dispone a atender el teléfono, se convierte en Jennifer David. A partir de ese instante, su país natal deja de ser la India y rápidamente se transforma en una habitante de la ciudad de San Francisco. Priya trabaja para una empresa norteamericana que tiene sede en la India y convive todos los días con las dificultades que presenta el trabajo del telefonista.

La película muestra (a su manera) el mundo de los call center, donde las grandes empresas multinacionales se instalan en países de bajos recursos, ofreciendo puestos de trabajo de muchas horas con muy bajos salarios. Los jóvenes que trabajan entre diez y doce horas diarias, no sólo deben cambiar el nombre, también aprenden los modismos americanos y conocen a la perfección la cultura de Estados Unidos. Reciben cursos de capacitación para que no se les escape ningún detalle en el momento de la llamada, evitando así que el cliente advierta que en realidad no esta hablando con un compatriota.

El choque de culturas es constante en la película. Mientras muestra al norteamericano rico y exitoso, por otro lado aparece la joven hindú que vive prácticamente para el call center y que al mismo tiempo intenta escapar a los mandatos familiares. Los call center son productos de la globalización y, como sucede en la película, los jóvenes que trabajan en ellos conocen más de otras culturas que de la propia. La postindustrialización generó un nuevo mercado, relacionado a los servicios y a las nuevas tecnologías. Dicho mercado laboral fue ocupado por jóvenes que, en muchos casos, trabajan en condiciones precarias y bajas remuneraciones. La reducción de costos para obtener mayores ganancias es la clave de los call center. Esto explica porque las empresas se instalan en países con bajos costos salariales.

Sin lugar a dudas la India es en la actualidad uno de los países que cuenta con más call center. Son más de 100.000 jóvenes, de ambos sexos, los que trabajan en los centros de atención de llamadas, según datos estimativos de la Asociación Nacional de Empresas de Software y Servicios. Además cuentan con una gran variedad, ya que los operadores venden todo tipo de paquetes, reclaman deudas atrasadas y hacen atención a usuarios. Lo peor de todo esto, es que recién empieza y la cantidad de operadores en el mundo es cada vez mayor.

17/9/10

Diccionario

Diccionario según diccionario: libro en el que, por orden alfabético, se contienen y definen todas las palabras de uno o más idiomas o las de una materia o disciplina determinada. Sin lugar a dudas, cuando uno tiene una consulta en relación al significado de cierta palabra, recurre rápidamente al diccionario. Él nos brindará la información necesaria para saber de que se trata ese conjunto de letras que tanto nos intriga. Cuando alguien ingresa en un call center hay palabras básicas que debe conocer. Es un mundo aparte y el bombardeo de nuevos términos es constante. Por eso esta es une buena oportunidad para ir poniendo en órbita a los operadores telefónicos que se van sumando a los tantos que habitan el planeta.


Call center: Sinónimo de locura. Alberga a jóvenes interesados en ganarse los primeros pesos, una vez terminado el secundario.

Head-set: Vincha que usan los operadores para hacer el trabajo más dinámico y no perder ni un segundo de tiempo, que significa ganancias para la empresa. Consta de un auricular unido a un micrófono, que permite trabajar a manos libres. Es una especie de correa que ata al operador con el teléfono.

Break: Momento de relax y descargue. Tiempo para tomar un café, que consta de media hora o una hora entera, de acuerdo a la cantidad de horas que trabaja el operador.

Auxiliar: Botón del teléfono que el operador debe apretar en momentos que se encuentra sin realizar tareas abocadas al trabajo. Eso indicará que el telefonista no se encuentra disponible en ese momento. Se utiliza por ejemplo cuando se quiere ir al baño o cuando se sale al break.

Después de llamada: Otro botón del teléfono (en algunos call center ya no se utiliza) que se debe apretar cuando el operador no esta disponible para atender, pero se encuentra realizando alguna tarea relacionada al trabajo. Solía usarse mucho para no consumir tiempo de auxiliar y por tal motivo fue eliminado de muchos centros de atención.

Logueo: Es el momento en que el operador ingresa sus claves telefónicas y entra al sistema para comenzar con su arduo labor.

Llamadas en cola: Son los molestos que están aguardando en linea para ser atendidos. En ese momento el peor enemigo del operador.

Talking time: Tiempo estipulado por cada call center, que debe durar una llamada telefónica con un cliente. Tener un alto talking time puede generar en muchos casos complicaciones. Los llamados deben ser resueltos rápidamente para seguir facturando.

Team Leader: Se le denomina así al supervisor. Es el encargado de que no te mandes ninguna cagada y el principal centro de consultas de todos los operadores.

Tarjeta: Es un plástico que muchos operadores cuelgan de jean. Sirve para marcar la entrada y la salida.





11/9/10

Domingo en el call center

Apenas puedo abrir los ojos. Los primeros rayos de sol ingresan por mi ventana. De a poco se va haciendo de día. Miro el despertar que indica que son las siete de la mañana. No seria tan grave, si no fuera domingo. En la calle no hay nadie, sólo el diariero madruga a la par mía. Por suerte el colectivo viene rápido, en realidad, ya conozco el horario, por eso cinco minutos antes de las ocho estoy firme en la parada. Sin embargo, no es mi día. Miro el cartel que anuncia: hasta Puente Saavedra. No me sirve, tengo que esperar el que diga Plaza Italia.

Buen día habla Ana, repito casi automáticamente apenas levanto el tubo. La persona al otro lado de la línea se comunica para solicitar una información, le digo que tome nota. No tiene para anotar. Y no hay nada que me ponga más nerviosa. Lección básica: si llamas para pedir un dato, llama con una birome. Tengo la teoría que el dedo índice me quedará como el antebrazo de un tenista. Es la parte del cuerpo que más ejercito durante el día. Atender y cortar constantemente aumentará sin dudas el tamaño de mi falange.

Los primeros días del mes son los peores. Era domingo, pero habia 15 llamadas en espera. Los minutos eran interminables y un sólo deseo pasaba por mi mente: irme. A las doce tendría mi momento de respiro, pero recien eran las once. Segui atendiendo intentando que mi intolerancia y cansancio no se hiciesen notar. Era raro pero todos los clientes me repetian: no te enojes. Evidentemente, no lo estaba logrando.

Finalmente el télefono marcó las 12. Me levanté de la silla y huí a la cocina. La media hora se pasó rápidamente, casi sin que me diera cuenta. Eran las doce y media y debia volver a mis labores. Hay una ley en el call center que siempre se cumple: el primer llamado después del break, suele ser el peor del día. El usuario no entendía lo que yo intentaba explicarle, diez minutos estuvimos dando vueltas sobre lo mismo, hasta que finalmente con un “eso es todo señor”, logré darle fin a la conversación.

Las dos de la tarde. El momento que todos los operadores esperan. La siesta se hace presente y el caudal de llamadas baja notablemente. Tres minutos sin atender a nadie, todo un record. Mi compañero se encarga de pedir el almuerzo. Por suerte ya me queda una hora. Entre porciones de pizza y seven up se hacen las tres menos dos minutos. Mientras introduzco un pedazo de faina en mi boca, un tono retumba en mi oido. Es la señal que tengo un cliente en línea.

“Buenas tardes habla Ana”. La llamada es esa que nunca hubiera querido atender. Un problema complejo al cual no logro encontrarle la solución. Le pido al usuario que me aguarde mientras verificó que puede estar pasando, pero no puedo dar con la respuesta adecuada. Los minutos siguen pasando y aquel deseo de irme, cada vez se torna más inalcanzable. El reloj marca las tres y media. Esto que parece una pesadilla es la cruel realidad. El cliente no parece tener intenciones de rendirse y continua en linea. Le digo que me aguarde. La llamada se corta. Es mi momento. Cierro las aplicaciones, me deslogueo del teléfono, saludos a mis compañeros y me retiro. Ficho en la salida y bajo por el ascensor. Por fin estoy fuera, mañana será otro día.

9/9/10

De diván 2

Como venimos diciendo la vida de un operador no es nada sencilla. Sin embargo la idea no es ponerlos en victima, sino intentar mostrar un poco el agotador trabajo que llevan a cabo todos los días. También es cierto, que la tarea del cliente no es fácil, si del otro lado sólo recibe respuestas de una "maquinita" adoctrinada para no salirse del libreto. Y más difícil es aún si el operador es el Lic. Luis García de Bancomer, quien a su manera intenta hacer entrar en razón a una deudora. A su vez, aparece un joven emocionado con el gol de su selección a Argentina y por otro lado otro caso de una señora con ganas de pelear un ratito.

7/9/10

Cabeza de serie

Si la vida en un call center es insalubre, no quiero imaginar que hubiera sido de los operadores si no se hubiesen inventado los auriculares. Parece un dato menor, pero no lo es. Como se mencionó en el post anterior, el bullicio que se genera en los centros de atención, es una de las principales causas de renuncia. Sin dudas, el constante murmullo suele saturar la paciencia de muchos.

Sin embargo, hubo un hombre que no fue egoísta y pensó en los miles de operadores telefónicos que habitan el mundo. Nathaniel Baldwin, nacido en Estados Unidos en 1878, fue el creador del auricular. Este fundamentalista mormón diseñó unos aparatos, que como el mismo explicaría, le permitía escuchar sonidos emitidos desde una fuente determinada, con la peculiar característica de que la escucha era totalmente individual.

A partir de ese momento, y con el avance de la tecnologia, los auriculares fueron mutando. Aparecieron como una novedad y hoy en día son uno de los artefactos más utilizados por las sociedades. Sin ir más lejos, basta con viajar en algún transporte público, para darse cuenta de la popularidad que adquirieron. Los auriculares son desmontables y se conectan a través de un cable plug o miniplug. Se pueden enchufar a diversos aparatos entre los que se encuentran los wallkman, el celular, el diskman, o el reproductor digital de audio.

Además, se suelen dividir en tres tipos: Supraaurales, que se apoyan sobre el pabellon auditivo, los Circumaurales que rodean completamente la oreja y los Intrauriculares, que se colocan dentro del oido. Si bien es cierto que son super útiles e incluso alivian (solo un poco) el trabajo del operador, usar el auricular en un nivel de volumen muy alto puede provocar deterioro o sordera temporal.

En los centros de atención suele utlizarse el denominado Headset. Es un auricular unido a un microfono y suele facilitar el trabajo. El hecho de tener las manos libres, permite que el desempeño del telemarketer sea mas eficaz y su trabajo logre mayor productividad, satisfaciendo de esa manera el principal objetivo de todas las empresas.

Justamente, un estudio realizado en Madrid, reveló la gran importancia de los auriculares para el éxito de las ventas. La crisis económica generó un recorte en los precupuestos de viaje y las empresas debieron mantener las relaciones comerciales por teléfono. El estudio fue realizado por la empresa Opinion Matter/Tickbox.net y la encuesta se le realizó a miles de representantes comerciales y clientes de varios lugares de Europa. Todos mostraron una gran preferencia por el uso de los auriculares para las llamadas de ventas o con clientes y expresaron la importancia de los auriculares para facilitar el trabajo.

No caben dudas que la creación de Nathaniel Baldwin fue un gran invento. Pero es claro que si bien nació como un instrumento para no molestar a terceros, paradójicamente se transformó en la principal herramienta para poder aislarse del otro.


3/9/10

El operador


¿Qué te gustaría ser cuando seas grande?. Las respuestas a dicha pregunta, son siempre las mismas: médico, bombero, policía y veterinaria. Queda claro que ningún niño soñaría con ser operador de call center. Y lo bien que hace. Como dice el dicho: operador se nace, no se hace. Son muchos los casos de jóvenes que han entrado en el mundo del call center, y que no han durado más de tres meses en el puesto laboral. Quien desafía e incursiona en el arduo trabajo del telefonista, tiene que tener en cuenta que no es para cualquiera y debe contar con ciertas características que hacen al perfil de un verdadero telemarketer.

La paciencia es la única cualidad que tiene fecha de vencimiento. Se acaba cuando la atención a usuarios se transforma en una actividad diaria. El operador emprende su tarea intentando ser lo más amable posible, pero rápidamente esa paciencia se transforma en intolerancia ante la constante insistencia del cliente. En conclusión es importante destacar que si usted desea convertirse en un gran telefonista, debe contar con un grado de tolerancia superior a la media.

El bullicio que se genera en los centros de atención es uno de los traumas que puede generar que un operador se trastorne. Además de escuchar por un oído la insoportable voz de una anciana que intenta verificar su Hot Banking (sic), el telefonista debe lidiar con el murmullo constante, resultado de veinte personas (en el mejor de los casos) conversando a la vez. Por eso, además de la paciencia mencionada anteriormente, otra de las características de un telemarketer ejemplo, es un gran par de orejas para, como decía el lobo de Caperusita, poder escuchar mejor.

Es común que una gran cantidad de operadores utilicen anteojos. Las ocho horas frente a la computadora, generan en muchas ocasiones pérdida de visión. Si uno observa a una persona por la calle y no conoce su trabajo, rápidamente puede adivinar la respuesta. La apariencia física de alguien que estuvo la gran parte del día lidiando con los problemas ajenos, es devastadora. Ojos rojos, pérdida del control del cuerpo, delgadez, sueño y aumento del tono de voz, son algunos de los síntomas característicos.

Hay tres cosas fundamentales que debe tener un operador a mano en el momento de desarrollar su trabajo. En principio es de suma importancia la presencia de un compañero para poder descargar en él, todo lo que no se puede descargar en el usuario. Tu par sabrá como calmar esa rabia que por un instante se apodera de tu cuerpo. Un frasquito de Poenbioptal para los ojos y una botellita con agua son indispensables para el buen desempeño.

El telemarketer tiene un gran poder de retención. Le basta con repetir tres veces la misma frase, para luego reiterarse una y otra vez sin importarle lo que el cliente le pregunta. Es como el médico con el paciente: un síntoma, una enfermedad. Un problema, una respuesta. El telemarketer esta de paso. Su intención no es vivir de atender el teléfono y toma el trabajo como tal. Es lógico, atiende un promedio de 150 llamados por día, si se preocupara por los problemas de todos, iría directo a tirarse debajo del San Martín rápido.

Aunque hay casos particulares, la mayoría de los operadores son jóvenes estudiantes. Engañados por una suma de dinero relativamente interesante y pocas horas de trabajo, muchos caen en la trampa. El hecho de no estar en contacto directo con la gente, permite observar que todos los telefonistas tienden a vestirse informal. Las Converse no pueden faltar en su vestuario, que completan con una mochila auspiciada por el logo de la empresa, regalo de algún fin de año.

Si bien las características pueden variar, hay una que es verdaderamente común a todos: antes de cumplir su primera semana en la empresa, los operadores ya están buscando otro empleo.

29/8/10

Diez minutos

Don Enrique esta enamorado. La única manera de recuperar a su novia es comunicándose al último número desde el que ella lo llamó, antes de abandonar la casa de ambos. Desesperado por acceder a esa información, decide comunicarse con el servicio de atención al cliente de Erfon. Del otro lado de la línea lo atiende Nuria. Tras la consulta de Enrique, le comunica reiteradamente que no puede brindarle la información que él necesita.
El corto español dirigido por Alberto Ruiz Rojo, refleja la dinámica con la que se trabaja en los Call Centers, donde el tiempo es el único protagonista. Todo en los centros de atención esta regido por los números: veinte minutos de descanso, cinco para ir al baño, tres para tomar un café y veinte segundos para dejar al cliente en espera. Además, plantea una misma situación vista desde dos lugares diferentes. Por un lado, aparece Enrique cuyo único objetivo es obtener el número de su última llamada entrante. Por el otro, esta Nuria quien debe lidiar con el maldito reloj en cuenta regresiva que indica que en diez minutos se cortará la llamada. Y en el medio aparecen los dos intentando defender lo suyo sin importarle el otro.
Con una pequeña historia, el corto es una crítica al modelo actual de sociedad donde la falta de comunicación y el individualismo se presentan como una constante. También muestra como el silencio puede transformarse en una forma de comunicación, y a partir que la operadora se calla, ellos empiezan a entenderse. La mujer que en principio aparece como una computadora logra conmoverse ante la lucha desesperada del protagonista por intentar ser escuchado y entendido.
Sin lugar a dudas, la atención telefónica a beneficiado a muchas empresas. Los reclamos que antes se hacían en una oficina, hoy se canalizan por teléfono y como dice el director, terminan haciendo desesperar o desistir al pobre consumidor, que se vuelve loco, en un laberinto de contestadores, menús, teleoperadores y llamadas cortadas.



25/8/10

De diván

Antes de llamar a un centro de atención telefónico es conveniente conocer algunos detalles. Por ejemplo, algo que todos deberían saber, es que para hacer catarsis esta el psicólogo. Que al operador no le interesa en lo más mínimo lo que te pasa y mucho menos tiene ganas de escuchar tu historia familiar. Dicen que en la tele el tiempo es tirano, y más aún en un call center. Por eso, cuando quieras hacer una consulta tene presente el concepto de sintesis. Focaliza en el problema: no tengo internet, por ejemplo. No es necesario para el operador, saber que antes habías ido a lo de tu hermana, que cuando volviste te cruzaste con la vecina, que te tropezaste con la vereda rota y que cuendo llegaste a tu casa, mientras cocinabas, tu hijo te avisó que no funcionaba . No hable de más, sepa racionar la saliva. Por favor si ya conoce la respuesta, porque usted sabe más que el operador, evite levantar el teléfono. Le aseguro que será por el bien de ambos.




Síndrome del quemado

"Sentía nauseas, mareos, palpitaciones, insomnio y dolores cervicales. Estaba cansada y de muy mal humor, hasta que un día abandone el call center y empecé a sentirme mucho mejor". Lo que podría ser una típica propaganda de Activia (que dicho sea de paso, es muy desagradable), es en realidad lo que padecen miles de personas que trabajan a diario en los centros de atención telefónica.
Todos esos síntomas que padecen en la actualidad muchos telemarketers, forman en su conjunto una nueva enfermedad denominada síndrome del quemado. Si bien dicho trastorno fue diagnosticado por primera vez en 1974 por el psiquiatra Herbert Freudenberger. es muy moderno y esta ligado a múltiples causas, generalmente todas relacionadas con problemas laborales.
Además de dejarte con poca capacidad auditiva, tener que bancar los problemas ajenos que los clientes suelen mezclar en las conversaciones telefónicas, tener los minutos contados para ir al baño y soportar la mirada de supervisores cuando abandonas el box en busca de un café para calmar los ánimos, el call center puede terminar quemándote la cabeza.
Sin embargo, los operadores no son los únicos afectados por esta "enfermedad". El síndrome de desgaste profesional puede afectar, por ejemplo, a deportistas de alto rendimiento. Justamente, hace pocos días el ciclista alemán Jan Ullrich, ex campeón del Tour de Francia y ex campeón olímpico, anunció que le diagnosticaron burn-out y que para curarse tendrá que renunciar a sus actividades públicas durante los próximos meses.
Dicen que hay mal que por bien no venga, y así es. Lo mejor de este mal recae indudablemente en su cura: dejar de trabajar. Una vez diagnosticado, lo recomendable es abandonar las tareas laborales para evitar que el síndrome se agrave.